Hoy se cumple un mes desde que en Taipei ocurrió algo extraordinario: ¡las montañas habían amanecido cubiertas de nieve!
El pequeño milagro se debió a una ola de frío que afectó a Asia Oriental en el fin de semana del 22 al 24 de enero. Al ser Taiwán un país de clima subtropical, se trata de un fenómeno atmosférico excepcional, con las excepciones de los picos de Yushan y Hehuashan, en los que la nieve es habitual en invierno por ser las montañas más altas de la isla. En Taipei se registraron 4ºC, la temperatura más baja en los últimos 44 años.
El frío pilló desprevenidos a muchos taiwaneses, hasta el punto de que la cifra de muertes por hipotermia y paro cardíaco se volvieron alarmantes: un total de 85 en tan solo un fin de semana.
Pero para mí la nieve no trajo nada negativo. La mañana del 24 de enero me desperté con la surrealista estampa de las montañas que rodean mi casa nevadas, y vi cómo pequeños copos caían a través de mi ventana. Tanto las montañas de Yangminshan como las de Wulai estaban a rebosar de nieve, y cientos de personas se desplazaron hasta allí para ser testigos de ese acontecimiento único. Yo no fui menos, y me puse camino a Wulai para llevarme una pequeña decepción: cuando llegué sólo los picos de las montañas estaban nevados, había atasco en la carretera y el frío de montaña me congeló durante el resto del día. Sin embargo, me conformé con las vistas y me sentí afortunada de poder presenciar un hecho casi histórico.
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