sábado, 9 de mayo de 2015

27 de diciembre de 2014: descubriendo una nueva manera de divertirse en los karaokes de Taiwán

En Taiwán una de las principales fuentes de diversión tanto para jóvenes como para mayores son los karaokes, KTV o kalaok (卡拉OK), como se conocen en chino. En Taipei, se pueden encontrar por todas partes y su precio depende del rango que tengan y también de la comida y bebida que se pida una vez dentro. Yo tuve la suerte de haber ido a uno de los mejores y más caros, pero también los hay más baratos y modestos. Uno de los que parecen más populares en Taipei es la cadena de Holiday KTV. 




Según dicen, algunos de los karaokes ofrecen algunos servicios "extra" en China y Taiwán. No me refiero solamente a strippers, sino también a prostitutas. En Taiwán este tipo de karaoke no es demasiado común y por supuesto, todos son ilegales.  

Terminamos el día allí de casualidad: veníamos de una boda en la que mi novio se había reencontrado con sus antiguos compañeros de instituto, que insistieron en continuar la celebración por nuestra cuenta en algún karaoke cercano que resultó ser el Party World

Me gustó la experiencia. Es un buen espacio para compartir con los amigos, y tienes libertad para hacer lo que quieras. Los amigos de mi novio eran muy animados y me sentí cómoda con ellos. Intentaron hablar conmigo en un inglés muy pobre e hicieron preguntas indiscretas que nos sacaron muchas risas.  

Al entrar en la sala que nos habían asignado me sorprendí por lo espaciosa y nueva que era. Incluía un baño, muchos sofás, dos mesas y hasta una barra americana. En seguida nos trajeron comida y cerveza, y empezamos a jugar a un juego de beber al que yo no acabé de pillarle el truco. Cada participante tenía un palillo con el que debía golpear suavemente las copas que había en la mesa. En cada ronda, una persona era asignada como el o la que "la lleva", y si por descuido ponías tu palillo en la misma copa que  él o ella, tenías que beber una lata de cerveza. Es simple pero divertido, sobre todo cuando le toca beber a la misma persona muchas veces seguidas. 

Cuando llegamos y se encendió la pantalla, la mascota de Party World nos dio la bienvenida e hizo lo mismo cuando nos fuimos. Hay un límite de tres horas para usar la sala, y cuando llega te lo comunicaran a través de la pantalla. Hay que pagar una media hora antes de irse. Gracias a los subtítulos, ¡incluso pude aprender alguna canción en chino! 


Los KTV son una experiencia altamente recomendable en Taiwán. ¡Si tenéis oportunidad de ir a uno no la desaprovechéis! 



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