Aunque
ya lo había visto de lejos en más de una ocasión, no fue hasta mi décimo día en
Taipéi que me acerqué al Taipei 101. Y, ¿por qué? pues porque no sabía qué
línea de metro tenía que coger para llegar hasta que fui con una amiga
taiwanesa.
El
Taipei 101 es el edificio más famoso de Taiwán y, además, fue el edificio más
alto del mundo durante unos seis años (ahora se sitúa en octavo lugar, si no me
equivoco). Mide 509 metros y aunque a primera vista pueda parecer algo simple, su
estructura tiene cierto simbolismo detrás, y combina lo tradicional con lo
moderno. Por ejemplo, tiene 101 plantas (además de otras cinco subterráneas) en
vez de cien porque el número cien simboliza la perfección y el Taipei 101 va «más
allá» de la perfección. Su forma imita a la del bambú y las cuatro figuras redondas que
se pueden ver a cada uno de sus lados representan monedas tradicionales chinas. Hay quien dice que
el Taipei 101 se construyó por un afán de demostrar (especialmente a China) la próspera
evolución de Taiwán.
Al
contrario de lo que yo esperaba, no se puede ver desde toda la ciudad, ni mucho
menos. Se sitúa en la zona de Xinyi, que es muy comercial, aunque eso no es
sorprendente porque el propio Taipei 101 es un centro comercial (que por lo
poco que he visto es de lujo o, por lo menos, extremadamente pijo) además de
una atracción turística.
Si
quieres subir hasta el piso 89 (o incluso 91) y disfrutar de las vistas que ofrece
su observatorio, además de usar el ascensor más rápido del mundo, tienes que
pagar 500 dólares taiwaneses, que equivalen a 12,50 euros (un robo, si queréis mi
humilde opinión). A mí lo que más me atrae es el ascensor, que puede subir a 30
personas al piso 101 en 37 segundos. Aunque, realmente, lo que me atrae no es la
rapidez, sino el hecho de que subir en él me parece una especie de experiencia
espiritual. Juzgad vosotros mismos: http://www.youtube.com/watch?v=bC9Ow0Fcfh4
Otro
detalle interesante sobre el Taipei 101 es que tal vez sea el sitio más seguro
de Taipéi, porque cuando lo construyeron, (entre el año 1999 y el 2004)
incluyeron un amortiguador de masa gracias al que puede soportar terremotos de
hasta siete grados, además de tifones, que también son muy comunes en Taiwán. El
amortiguador de masa tiene una forma redonda y un color dorado que recuerdan al
sol, está abierto al público y es una atracción turística más.
Creo que debo confesar, a pesar de que el sitio me gustó, que el Taipei 101 no me pareció un edificio demasiado imponente. Es bonito, un must see de Taipéi y todo eso, pero para haber sido el edificio más alto del mundo a mí me pareció un poco pequeño. Tal vez tenga la vista atrofiada, pero el Shing Kong Life Tower ha llamado más mi atención, (a lo mejor es porque fue el primer rascacielos que vi en Taipéi) aunque el Taipei 101 sea mucho más bonito, grande y fotogénico, especialmente de noche. No subí al observatorio porque cuando llegué estaba anocheciendo y no me pareció que valiese la pena subir, pero espero hacerlo pronto.
Shing Kong Life Tower |
Por
último, debo mencionar que el mejor día del año para estar en los
alrededores del Taipei 101 es el 31 de diciembre, porque hay una exhibición de
fuegos espectacular para celebrar el año nuevo occidental. Una experiencia
única, ¡seguro! http://www.youtube.com/watch?v=OOSea85KR0A
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